En el corazón de la Biblioteca Popular Cornelio Saavedraun espacio que respira historia y compromiso social, se reunió una vez más la memoria colectiva en torno a la exposición fotográfica Estación Memoria, muestra que volvió a tender esos puentes invisibles entre el ayer y el hoy. Esta vez, la fotografía se unió con la palabra viva, con el relato de quienes no solo estudiaron el pasado ferroviario argentino, sino que lo caminaron, lo pelearon y aún lo cargan en la memoria. En ese escenario, donde cada imagen colgada en las paredes hablaba tanto como las palabras que rompían una vez mas el silencio, aquellas voces fundamentales nos hicieron comprender, una vez mas, uno de los capítulos más significativos —y dolorosos— de la historia argentina: la decadencia y clausura del ferrocarril.


La presencia de Eduardo Lucita, economista y autor de La Patria en el Riel, y de Germán Kalseen, profesor y protagonista de la histórica huelga ferroviaria de 1991, le dio al encuentro una densidad emotiva que fue más allá del análisis. Cada palabra, cada anécdota, fue reconstruyendo la historia de un país que supo estar interconectado por un sistema ferroviario que no solo transportaba mercadería de todo tipo y personas, sino que tejía comunidad, identidad y futuro.

Se habló del desmantelamiento sistemático de los trenes en la década del 90, sí. Pero también de cómo ese proceso había comenzado mucho antes, disfrazado de modernización. Los recortes no solo fueron materiales: fueron simbólicos, culturales, afectivos. Como si al levantar las vías se intentara borrar el entramado social que creció junto a ellas.


El silencio de las estaciones abandonadas, las vías oxidadas, los galpones vacíos... todo eso nos duele. Pero lo que este encuentro dejó claro es que la historia no se termina mientras haya quien la cuente. Que la memoria es también una forma de resistencia. Y que sobre esas huellas todavía se pueden construir nuevos caminos.

Porque así como hubo una patria en el riel, puede haber otra que recupere esa trama solidaria, esa red de encuentros y posibilidades. Lo ferroviario no es solo pasado: es también una promesa dormida, esperando que alguien le devuelva el motor.


Y de esta forma quedó demostrado que Estación Memoria no es solo una muestra. Es una parada necesaria para recordar quiénes fuimos, entender dónde estamos, y volver a pensar hacia dónde queremos ir.


Y en cada imagen hay una constante, que son las vías; y con ellas queremos dejar una reflexión esperanzadora: si hay rieles, hay tren!


Texto y fotos: Adrian Arellano | Junio 2025